
No paraba de ganar. Toca el timbre para el final del recreo y con mi gran fajo de figuritas, me pongo en la fila para entrar a clase. Baboseando con mi fajo enorme, me ve el maestro Roberto. Venga para acá me dice, voy, y me sacó el fajo por 3 días, no pare de llorarrrrrrrrr"
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